NO ES UNA DESPEDIDA, SERÁ ENCUENTRO SIEMPRE
Sí, será
encuentro siempre porque siempre los hemos encontrado. Incluso antes de
buscarlos. Adivinaban que los buscábamos:
CARMINA CORTACERO Y ALFONSO GALVÁN
Han
caminado, su última década, después de una larga y ardua andadura docente, por
el Instituto “Clara Campoamor”, de Peligros, de Granada.
En pocas
palabras verdaderas quisiéramos daros, todas las personas que
formamos
esta casa, esta comunidad escolar, nuestro agradecimiento, reconocimiento y tantas
deudas contraídas en este trabajo que da sentido a nuestros días, a nuestras
vidas y que compartimos en esta difícil y apasionante
tarea de la
enseñanza.
Se avista pronto que son profesores entusiasmados
que decidieron, por vocación, ir un día a buscar cómo hacer mejor su trabajo.
Un trabajo denodado. Dedicando lo más granado de su vida a la convivencia, a la
creación de magníficas prácticas educativas, a su innovación y colaboración.
La pedagogía y el magisterio de las matemáticas.
Cada uno en su estilo. Estilos complementarios siempre. Siempre se han llevado
bien la orientación y los números, la didáctica y las cuentas. Ambos tienen aplicaciones
y significados muy necesarios en la práctica social cotidiana.
No
nos dejan. (Decíamos: No es despedida, será encuentro siempre). Se quedan sus
lecciones en la humana dialéctica de aciertos y de errores que es como se aprende.
Detrás de las personas hay nombres que
derraman historias:
Carmina es el principio de una materia colorante:
el rojo, el rojo pasión, el rojo fresco y vivo. Su alto precio se obtiene por precipitación
del oro. Se emplea en la pintura artística.
También Carmina Burana es un manuscrito,
una partitura, una cantata, música lírica que ha deambulado por Europa desde la
Edad Media. Ha inspirado a numerosos músicos desde entonces. Y qué decir de su
nombre real, sin derivaciones: Carmen, del latín carmen, carminis que significa
poesía, canción, canto. Y en árabe casa con jardín, quinta granadina con
huerto.
Alfonso, “hombre diez”, “hombre sabio”. También
de la Edad Media llega Alfonso X. Alfonso Décimo “El Sabio”.
Humanista, poeta, científico. El primer historiador
que adopta una visión moderna de la ciencia. Su extraordinaria labor cultural
en pro del desarrollo de la lengua castellana, de la educación, de la labor en
equipo, del respeto por otros saberes y culturas le llevó a su sobrenombre y a
ser una figura prudente, mesurada, fiel y auténtica.
Decir también de su nombre compuesto: Alfonso,
de origen germánico. Formado por: all, que significa todo, total; hathus, es
lucha y funs, preparado. Qué fusión. Persona preparada, dispuesta para luchar
por todo.
Qué definiciones tan fieles
nos da la historia. Les da su justa definición.
LA SONORIDAD RUBIA Y EL SILENCIO SONORO.
A vosotros dos, maestros (glorioso nombre por lo que engloba) que habéis tenido un “trabajo gustoso”, que diría Juan Ramón Jiménez o un “enseñar deleitando”, como la célebre máxima ilustrada. A vosotros, que como reza el poema de Fray Luis de León vais a retiraros a una “vida descansada”, “plena”, “por otra senda por donde han ido los pocos sabios que en el mundo han sido”, os esperan “días puros, alegres, libres”, os “despertarán las aves con su cantar suave, no aprendido”, ¡Oh, dulce olvido!
A vosotros compañeros de viaje, de nuevo,
nuestro reconocimiento y amistad. En nombre de todos, compañeros y alumnado de ayer
y hoy. Éstos, también, os agradecen vuestro trabajo y anhelo.
Pero lo más satisfactorio para nosotros es
que se os ve felices y jóvenes. Sabed que lo que habéis dejado os lo vamos a
cuidar.
Recordemos para finalizar ese poema emblemático, de Gabriel Celaya, que sintetiza admirablemente esta hermosa y exigente tarea a la que dedicamos nuestras vidas.
Recordemos para finalizar ese poema emblemático, de Gabriel Celaya, que sintetiza admirablemente esta hermosa y exigente tarea a la que dedicamos nuestras vidas.
Educar es lo mismo
que poner un motor a una barca,
hay que medir, pensar, equilibrar,
y poner todo en marcha.
Pero para eso,
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino,
un poco de pirata,
un poco de poeta,
y un kilo y medio de paciencia
concentrada.
concentrada.
Pero es consolador soñar,
mientras uno trabaja,
que esa barca, ese niño
irá muy lejos por el agua.
Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia puertos distantes, hacia islas
lejanas.
Soñar que cuando un día
esté durmiendo nuestra propia barca,
en barcos nuevos seguirá nuestra
bandera enarbolada.
Carmen Canet
Diciembre, 201 2